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AMMBAR – Associació de malalts mentals de Barcelona

Associació de malalts mentals de Barcelona

Controlar la ansiedad

By mariajesus
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Afrontar los problemas de manera positiva disminuye la ansiedad

Loco, Dolor, Depresión

Foto: REUTERS

MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -

Una nueva investigación sugiere que la forma de regular las emociones, en los malos tiempos y en los buenos, puede influir en padecer ansiedad o la gravedad de la misma, según un estudio que se publicará en la revista ‘Emotion’.

En una serie de cuestionarios, los investigadores pidieron a 179 hombres y mujeres que explicaran la forma en que manejan sus emociones y cómo de ansiosos se sienten en diversas situaciones.

El equipo analizó los resultados para ver si las diferentes estrategias emocionales se asociaron con más o menos ansiedad. El estudio revela que los que participan en una estrategia de regulación emocional llamada reevaluación, que consiste en examinar un problema de una manera nueva, tendieron a padecer menos ansiedad social y menos ansiedad en general que aquellos que evitan la expresión de sus sentimientos.

“Cuando algo sucede, hay que ver el problema con una luz más positiva, un vaso medio lleno en lugar de medio vacío”, explicó la estudiante graduado de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) Nicole Llewellyn, quien dirigió la investigación con el profesor de Psicología Florin Dolcos, una filial del Instituto Beckman de Illinois.

Este experto añade que esta estrategia supone replantear y evaluar lo que ha pasado y pensar cuáles son los aspectos positivos, como un reto estimulante y no un problema.

Los participantes del estudio que utilizaron regularmente este enfoque reconocieron tener un nivel de ansiedad menos grave que los que tienden a reprimir sus emociones.

“La Organización Mundial de la Salud predice que para 2020, la ansiedad y la depresión, que tienden a coocurrir, estarán entre las causas más frecuentes de discapacidad en el mundo, sólo tras la enfermedad cardiovascular”, destacó Dolcos, quien apuntó también que esta patología lleva asociado “un gran costo”.

Sin embargo, reconoció que no toda la ansiedad es mala, puesto que la de bajo nivel puede ayudar a mantener el tipo de enfoque que se hace de las cosas.

Según Dolcos, la supresión o tapar las emociones también puede ser una buena estrategia en una situación a corto plazo, por ejemplo, cuando el jefe grita a su empleado, igual que una actitud siempre positiva puede ser peligrosa, haciendo que una persona ignore sus problemas de salud, por ejemplo, o participe en conductas de riesgo.

Estudios anteriores habían encontrado que las personas que se inclinaban temperamentalmente para centrarse en hacer que sucedan cosas buenas eran menos propensas a sufrir de ansiedad que los que se centran en evitar que ocurran cosas malas, según Llewellyn.

Pero no había investigaciones que explicaran cómo esta diferencia de enfoque se traducía en conductas que la gente podía cambiar, mientras que el nuevo estudio explica las estrategias que contribuyen a que una persona tenga más o menos ansiedad.

De Disgoo

¿Qué es la FOBIA SOCIAL?

“Yo no podía aceptar invitaciones ni ir a fiestas. Cuando entraba a un lugar lleno de gente, me ruborizaba y sentía que todos los ojos estaban puestos en mí. Me daba vergüenza ponerme en un rincón pero no podía pensar en qué decir a nadie. Me sentía tan torpe que me quería ir.”

La fobia social es un miedo intenso de llegar a sentirse humillado en situaciones sociales, especialmente de actuar de tal modo que se coloque uno en una situación vergonzosa frente a las demás personas. Frecuentemente es hereditaria y puede estar acompañada de depresión o alcoholismo. Comienza al principio de la adolescencia o aún antes.

La fobia social afecta al 15 % de la población, es un trastorno de ansiedad altamente tratable

Situaciones temidas por personas que padecen Fobia social:

-Hablar en público
-Actuar ante una audiencia
-Escribir o firmar ante una persona
-Usar servicios públicos (bar, cine, baños públicos)
-Entrar a lugares donde hay gente sentada
-Mirar a los ojos del otro (sobretodo del sexo opuesto)
-Ser el centro de atención
-Participar en reuniones:
-iniciar una conversación
-mantener una conversación
-Proponer o acudir a citas
-Hablar con personas de autoridad
-Asistir a fiestas
-Hablar por teléfono
-Conocer gente nueva
-Hablar con extraños
-Dar o defender las propias opiniones
-Expresar desacuerdo
-Hacer una reclamación
-Hacer o aceptar cumplidos

Síntomas físicos más frecuentes en personas que padecen fobia socia:

-Rubor-Sonrojamiento
-Tensión muscular
-Sudoración
-Boca seca
-Palpitaciones-Taquicardia
-Sensación de opresión en la cabeza
-Cefalea
-Molestias gastrointestinales (vacío en el estómago, diarrea)
-Temblores (manos-voz)
-Escalofrios
-Urgencia urinaria

Síntomas cognitivos, pensamientos que presenta la persona que padece fobia social:

-el núcleo central de la fobia social es el temor a la evaluación negativa, la persona piensa que está siendo juzgado o criticado por los demás.
-Creencias:
-no saber comportarse de un modo adecuado o competente,
-ser visto como ansioso, débil, loco o estúpido
-temor a manifestar síntomas de ansiedad.
-Pensamientos negativos:
-”voy a hacer el ridículo”
-”quedaré bloqueado y no sabré que decir”
-”seguro que no les interesa mi opinión”
-”se darán cuenta de lo nervioso que estoy”
-”creerán que soy tonto, se estarán riendo de mí”

Reacciones conductuales, comportamientos que presentan las personas que padecen fobia social:

-evitación-escape de las situaciones temidas: la persona deje de realizar las situaciones a las que le tiene miedo. En un principio ahorrará el sufrimiento ansioso, pero inevitablemente a los pocos minutos se agravará el componente cognitivo del trastorno.
-conductas protectoras para atenuar la ansiedad: ante el miedo al rubor el dejarse la barba, el maquillarse en exceso, utilizar grandes gafas solares, o un cabello largo y dirigido hacia el rostro, ante el miedo a temblar colocar las manos en los bolsillos o detrás, en las reuniones se abstendrán de formular preguntas, beberán sin hablar, o si hablan lo harán sin levantar la mirada.

Aunque este trastorno frecuentemente se confunde con timidez, no son lo mismo. Las personas tímidas pueden sentirse muy incómodas cuando están con otras personas, pero no experimentan la extrema ansiedad al anticipar una situación social y no necesariamente evitan circunstancias que las hagan sentirse cohibidas. En cambio, las personas con una fobia social no necesariamente son tímidas. Pueden sentirse totalmente cómodas con otras personas , pero en situaciones especiales, como dar un discurso, pueden experimentar intensa ansiedad.

La fobia social trastorna la vida normal, interfiriendo con una carrera o con una relación social. Por ejemplo, un trabajador puede dejar de aceptar un ascenso en su trabajo por no poder hacer presentaciones en público. El miedo a un evento social puede comenzar semanas antes y los síntomas pueden ser agotadores.

Aproximadamente el 80% de las personas que sufren este trastorno encuentran alivio a sus síntomas cuando reciben un tratamiento de terapia cognitivo-conductual, de medicamentos, o una combinación de ambos.

Lic. M. Elízabeth González Montaner

Vinculos afectivos y recreaciones previenen males mentales

Terra

miércoles, 24 de abril de 2013 

La presencia de problemas psicológicos está latente en cualquier persona; por ello, es recomendable crear vínculos afectivos con la familia, los amigos y la pareja, que es uno de los factores de protección para alcanzar bienestar y calidad de vida, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Las unidades deportivas, centros vacacionales, parques, etc., son espacios recreativos donde se realizan diversas actividades como deporte, aprendizaje de habilidades y conocimientos, que también son acciones que previenen enfermedades mentales o disminuyen el riesgo de manifestarlas.

El jefe de Departamento Clínico del Hospital Regional de Psiquiatría “Doctor Héctor Tovar Acosta”, Alejandro Córdova Castañeda, explicó que la salud mental es el bienestar que involucra las acciones de pensar, sentir y actuar, que garantizan a la persona una calidad de vida satisfactoria y las tres afecciones psicológicas más frecuentes son: los trastornos por consumo de sustancias, la ansiedad y la depresión.

El psiquiatra destacó que es común que un paciente depresivo no busque atención, incluso puede tardar entre tres y siete años en percatarse o aceptar su estado, por ello, es importante que familiares y amigos cercanos a la persona detecten cambios de ánimo y lo motiven a recibir tratamiento con profesionales.

Para evitar consecuencias graves y lograr superar cualquier padecimiento mental, dijo que es importante acudir oportunamente por atención médica para restablecer sus actividades en el menor tiempo posible, mediante tratamientos con fármacos y apoyo psicológico que coadyuvan en la superación del problema.

El especialista consideró que la depresión es un problema de salud pública que se puede presentar en cualquier edad, no obstante, es entre los 25 y 50 años de edad cuando hay mayor riesgo de manifestar este mal, que tiene su origen en causas psicológicas, sociales o biológicas.

Córdova Castañeda dijo que existen criterios que facilitan el diagnóstico de la depresión, entre ellos la pérdida del interés en actividades, alteraciones del sueño, principalmente insomnio, aumento o disminución de peso corporal por variaciones en el apetito, inhibición de la respuesta sexual, apatía, sentimientos de culpa, minusvalía, autodevaluación, autorreproche, desesperanza y tendencias suicidas.

Fuente: Terra

Fuente: Eroski Consumer

martes, 16 de abril de 2013
La discriminación de las personas que sufren depresión es un hecho habitual y constatado. Un reciente estudio, del que se habla en este artículo, aporta cifras escalofriantes al respecto: el 79% de los afectados ha sufrido, por lo menos una vez, algún tipo de exclusión asociado a su patología mental y el 71% de los pacientes afirma que quiere esconder que la sufre.

Los expertos alertan de que sufrir discriminación empeora el pronóstico de las enfermedades mentales y contribuye al aislamiento social y profesional de los enfermos.

La depresión es un trastorno psicológico que genera mucho sufrimiento a los afectados. Tristeza, irritabilidad, falta de energía y apetito, problemas para dormir o para mantener relaciones sexuales y dificultades para trabajar y para, en general, llevar un ritmo de vida adecuado son algunos de sus síntomas. A este sufrimiento psicológico y físico hay que sumarle el que genera el estigma.

Hay numerosos estudios que señalan que el estigma asociado a esta enfermedad mental todavía sigue vigente. Según una investigación de la Universidad Nacional de Australia, uno de cada cinco hombres afirma que preferiría no trabajar con una persona que sufre depresión.

La causa hay que buscarla en los prejuicios que aún rodean a las personas con depresión. “No trabajan porque no quieren”, “Son débiles”, “Evitan las responsabilidades de la vida”, “Es solo cuestión de voluntad superar ese problema”, etc. Estas opiniones desfavorables se traducen en conductas como el rechazo social. Por eso, aparte de las repercusiones que les puede generar en sus relaciones personales, muchos se quejan de que se sienten excluidos en el ámbito profesional.

Con depresión y estigma
Un estudio realizado por investigadores de varios países, y financiado por la Unión Europea, ha puesto de manifiesto que los pacientes con depresión se sienten discriminados.

Los científicos entrevistaron a 1.082 personas de 35 países que padecen el trastorno. Y los resultados han mostrado que el 79% había sufrido algún tipo de exclusión asociado a su dolencia por lo menos una vez. Las consecuencias de esa discriminación fueron que el 37% había desistido de iniciar una relación personal por tal motivo.

En el ámbito profesional, la discriminación fue la causa de que el 25% no luchara por un puesto de trabajo. Como señala la Dirección General de Sanidad y Consumidores de la Unión Europea, “las personas que contratan a trabajadores pueden discriminar a aquellos que tienen depresión, pues temen que no puedan trabajar adecuadamente”.

Depresión: consecuencias de no buscar un tratamiento
Los investigadores también llegaron a otra conclusión: el 71% de las personas encuestadas afirmaba que deseaba esconder que sufría el trastorno. El estigma y la discriminación contribuyen al aislamiento social y profesional de muchas personas que padecen esta enfermedad.

Otra de las graves consecuencias es que muchos afectados no buscan tratamiento de ningún tipo porque no quieren que nadie sepa que sufren depresión. No quieren sentirse “débiles” o “perezosas”, que es como las define el estigma.

Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamamiento para combatir esta diferenciación durante la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, el pasado 10 de octubre. Por todo esto, la Dirección General de Sanidad y Consumidores de la Comisión Europea aconseja “reforzar la legislación para reducir la discriminación y promover la inclusión social en todos los ámbitos, como el lugar de trabajo, el hogar, los centros académicos o los lugares de ocio”.

Datos sobre la depresión
Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno mental frecuente que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo. Es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial de morbilidad. Afecta más a mujeres que a hombres. Esta patología psiquiátrica puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar de forma sensible el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. Además, en su forma más grave, puede conducir al suicidio (es la causa de cerca de un millón de fallecimientos cada año, la mayoría por estar sin diagnosticar o sin tratamiento).

Si es leve, se puede tratar sin medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave, son necesarios los fármacos y la psicoterapia profesional. A pesar de que se disponen de tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en algunos países) no los reciben.