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AMMBAR – Associació de malalts mentals de Barcelona

Associació de malalts mentals de Barcelona

Copiado por Ammbar dada su importancia, con permiso de Forum Clínic del Hospital Clínico de Barcelona

¿COMO EXPLICO A MI HIJO QUE TENGO TRASTORNO BIPOLAR?

Los niños, aunque no pregunten, perciben que su padre o madre tiene algún problema. Es muy positivo el hecho de aclararles dudas sobre su enfermedad ya que los niños son muy curiosos y se hacen preguntas. Resolviendo las dudas que puedan tener, ayudamos a disminuir su nivel de preocupación y ansiedad.

RECOMENDACIONES PARA EXPLICAR LA ENFERMEDAD A LOS NIÑOS

-Tendremos en cuenta el nivel evolutivo del niño para adaptar el lenguaje

-Esperaremos a que el niño tenga edad suficiente para entender lo que significa tener una enfermedad del cerebro, es mejor esperar a que el niño tenga unos 6 años

-Explicar al niño que el trastorno bipolar es una enfermedad del cerebro, al igual que la hipertensión o la diabetes. En este sentido, es útil compararlo con las enfermedades físicas

-Podemos explicar un cuento para que el niño lo entienda mejor. Recomendamos los cuentos “Fufú y el abrigo verde” de FEAFES y “Los martes, mi tío y los extraterrestres” de l’Associació de Bipolars de Catalunya

-Decirle al niño que la enfermedad no es culpa suya, ya que los niños se pueden sentir responsables por haber hecho algo malo

-Explicar que no es una enfermedad contagiosa

-Los niños en edad pre-escolar necesitan menos información, se enfocan principalmente en las cosas que ven. Por ejemplo, pueden ser muy conscientes de que una persona está llorando

-Los niños de edad escolar y los adolescentes quieren más detalles específicos y le harán más preguntas

-El niño puede preguntar si él también tiene o tendrá esta enfermedad. Podemos explicar que ahora está sano y no tiene ninguna enfermedad y que, sólo una pequeña parte de los hijos de personas con esta enfermedad la desarrollan. Si él desarrollara la enfermedad, los padres lo detectarían rápidamente e irían al médico

Anaïs Barcelona

Comentario de una persona particular:

¿Que necesidad tenemos que contarle a un niño con 6 años que su papa o mama tiene trastorno bipolar?. Ya crecerá y lo entenderá sobradamente y no le dara importancia. Los adultos somos más tontos que los niños. A los niños hay que dejarlos que se rian, que jueguen y sean felices.

Anaïs Barcelona:

Llega una edad en que es necesario explicar a los niños la enfermedad para tranquilizarles. Aunque no digan nada, son conscientes de los problemas.

Distimia, cuando la melancolía se apodera de la vida

La distimia es una forma leve de depresión. Se podría ubicar al trastorno distímico en un extremo del espectro de la depresión, mientras que el trastorno depresivo más grave se encontraría en el otro extremo.
El término distimia proviene del griego, “humor perturbado”. Las personas que sufren de distimia pueden seguir con sus vidas durante años sin ser tratadas de ninguna manera. A la vista de cualquiera son simplemente personas un tanto abatidas. Sin embargo, la verdad es que se trata de un verdadero trastorno afectivo, y las personas que lo sufren suelen responder muy bien al tratamiento.

¿QUIÉN SE VE AFECTADO?

El trastorno distímico afecta aproximadamente al 1,5 por ciento de la población y al igual que con otras afecciones de tipo emocional, las mujeres se ven ligeramente más afectadas que los hombres.

Es muy importante no confundir un periodo de tristeza concreto con distimia, ya que cualquier persona puede sentirse triste durante alguna etapa de su vida, debido a diferentes razones y ello es normal. Pero para que un estado de melancolía sea considerado como trastorno distímico es necesario que se presente todos los días, a lo largo de dos años, como mínimo.

¿CÓMO SE MANIFIESTA?

Los signos más notorios experimentados por los pacientes distímicos son la tristeza y la melancolía. En general, encuentran muy difícil hallar la felicidad y la satisfacción con las actividades de la vida cotidiana. A menudo tienen una baja autoestima y dificultad en la toma de decisiones.

La fatiga y el bajo consumo de energía también acompañan a este trastorno. Muy a menudo, los patrones de sueño y alimentación también se verán afectados. En relación al descanso, las personas con distimia pueden padecer de insomnio, o bien dormir más de lo común. Y en cuanto a la comida, pueden presentarse episodios de ingesta compulsiva o, por el contrario, una clara inapetencia.

Otra dificultad muy frecuente tiene que ver con las capacidades de memoria y concentración, las cuales pueden verse seriamente afectadas. Tambiénes común que las personas con distimia comiencen a aislarse progresivamente, lo cual en algunas ocasiones puede desembocar en una incapacidad social y hasta en fobia de estar acompañado por otras personas.
¿CUÁL ES SU ORIGEN?

Los investigadores aún no están seguros sobre la causa exacta del trastorno distímico. Si bien puede ser un componente genético, el pensamiento actual parece inclinarse más hacia el aislamiento social, reveses personales, y las situaciones de estrés en curso.

La característica única de la distimia es que más de tres cuartas partes de los pacientes tienen algún otro problema crónico como una enfermedad física, un problema de abuso de sustancias u otro tipo de trastorno psiquiátrico. Los médicos y terapeutas a menudo tienen dificultades para determinar exactamente qué fue primero, la distimia o la otra enfermedad, porque las líneas de inicio son a menudo borrosas.

¿EN QUÉ CONSISTE EL TRATAMIENTO?

Las opciones para tratar el trastorno distímico de inicio conllevan un profundo trabajo con el paciente para determinar las causas subyacentes. Algunas de las modalidades que han demostrado ser eficaces incluyen la psicoterapia y la terapia cognitiva-conductual.

Además existen opciones farmacéuticas para el trastorno distímico, que incluyen medicamentos que pueden brindar una ayuda de importancia a los pacientes con distimia.

En todo caso, hablar de los problemas con el paciente es muy beneficioso y ayuda a disipar cualquier mito que pueda estar albergando, como sentimientos de inutilidad. El tratamiento también se enfoca en que la persona pueda aprender a gestionar sus emociones en forma adecuada.

Además de la terapia individual, la terapia de grupo también ayuda a construir la confianza perdida del paciente y a alimentar sus habilidades de interacción social.

¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS CON LA DEPRESIÓN?
Una persona con distimia puede llevar una vida bastante normal, a pesar de la tristeza que experimenta. Por el contrario, una persona con depresión no puede hacerlo. Así vemos que la principal diferencia se refiere al nivel de incapacitación que la persona adquiere.

- En la distimia no existe la falta de interés o la capacidad de experimentar placer.

No se manifiesta agitación, ni lentitud motriz.

- No se producen los pensamientos de suicidio típicos de los cuadros depresivos.

- No hay presencia de ideas recurrentes en torno a la muerte. 

Obviamente, un diagnóstico certero solo puede ser elaborado por un psicólogo o psiquiatra debidamente calificado. Por lo tanto, si crees que puedes estar sufriendo de distimia, o bien conoces a alguien en esa situación, lo más recomendable es buscar ayuda profesional lo antes posible, pues la distimia que no se trata puede derivar en una depresión, trastorno que sí puede presentar consecuencias de mayor gravedad.

De lamenteesmaravillosa.com

Escrito por Paula Aroca el 8 de julio de 2013

 

 

Para Ammbar es un excelente artículo

En qué consiste ser alcohólico

SALUD MENTAL

►Una persona que no sea alcohólica tiene la libertad para beber o para no beber.
Efectivamente, el alcohólico bebe alcohol, suele beber demasiado alcohol y a menudo se emborracha. Pero hay personas que beben mucho alcohol y a veces se embriagan y no son alcohólicos. Lo característico del alcohólico es que no se puede quitar de beber, decimos nosotros, que ha perdido la libertad de poder  abstenerse del alcohol.
¿Qué quiere decir esto? Veámoslo.
Una persona que no sea alcohólica tiene la libertad para beber o para no beber.Una persona normal domina el alcohol y nunca pierde las riendas de él. Si se tercia bebe;si no se tercia no bebe. Bebe cuando su voluntad le permite beber, cuando su conocimiento le autoriza.
En cambio, el alcohólico ha perdido las riendas del alcohol.Ya no es él quien manda, sino el tóxico. El alcohólico aunque  a menudo trate de engañarse a si mismo, sabe que debería dejar de beber, pero no puede.Aunque comprende que le hace daño,está prisionero en el mundillo del alcohol y es impotente para salir.
“Eres un Esclavo”, constantemente su conciencia le repetirá esto, pero el con auto engaños intentara justificar su adicción..
Antes de terminar quiero escribir un pensamiento, o mejor dicho reflexión.
Un fumador puede morir por culpa del tabaco. Pero muere siendo un hombre. El alcohólico, en cambio,antes de morir, pierde la moral, se degenera, se convierte en un ser odiado hasta por sus hijos. Y cuando muere al fin, no es un hombre, sino una piltrafa humana, no solo los alcohólicos sino adictos en general.

SOMOS UN TANTO HIPÓCRITAS CON CIERTAS ENFERMEDADES QUE DEBERÍAMOS REFLEXIONAR.


Fernando Reyes Crespo
Licenciado en Derecho
Terapeuta en Drogodependencia
Aviso: el contenido de esta web es meramente divulgativo y formativo, en modo alguno sustituye a la consulta personal del profesional de la salud.
Publicado en www.noticiasyocio.es

Nos parece un artículo interesante. Recordad amigos que no todas las personas padecemos las enfermedades de la misma manera y que por ello no nos tenemos que ver reflejados en todo lo siguiente, los que tengamos el trastorno bipolar.

¿ES COMPATIBLE LA BIPOLARIDAD CON LA SEXUALIDAD?

La Psiquiatría ha avanzado mucho a lo largo de las últimas décadas, y palabras que antes producían rechazo sólo con oírlas, hoy en día se acogen con un halo de empatía y normalidad. Es lo que ocurre con el trastorno bipolar, una enfermedad mental que arrastra consigo múltiples inconvenientes en la vida diaria; alguno de ellos en la esfera de la sexualidad.

Actualmente, en España un 2% de la población padece este trastorno y hasta un 60% de estos pacientes puede ver afectada de una forma u otra su vida sexual.

El trastorno bipolar pasa por dos fases características en el transcurso de la enfermedad: maniática y depresiva. En la primera, explica a ELMUNDO.es el doctor Eduard Vieta, jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic y profesor de la Universidad de Barcelona, hay tendencia a la hiperactividad y la euforia, que suelen acompañarse de un aumento del deseo sexual, y en ocasiones de cierta desinhibición y promiscuidad. Por el contrario, en las fases depresivas, existe una disminución del deseo y la práctica sexual.

“Durante las fases maníacas se produce un aumento de la producción de una sustancia cerebral denominada dopamina que es el neurotransmisor de la motivación, el que nos impulsa a hacer cosas y a probar cosas nuevas, y es también fundamental en la excitación sexual. La manía, por tanto, aumenta la excitabilidad sexual, mientras que la depresión la disminuye”, explica este especialista, quien también dirigió una ponencia sobre este tema en el VII Curso Internacional de Sexualidad y Salud Mental celebrado recientemente en Salamanca.

En las fases maníacas, agrega Usue Espinós, psicóloga de la Asociación Bipolar en Madrid (ABM), en grupos de autoayuda desde hace 15 años, el aumento libido suele conllevar conductas promiscuas, y existe riesgo de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Por tanto, los problemas principales que una persona con trastorno bipolar puede tener son los cambios del deseo sexual en un sentido u otro, pero también “pueden darse retraso en la eyaculación, impotencia y anorgasmia”, enumera el doctor Vieta.

Por otro lado, y mirando hacia la esfera más psicológica y social de esta enfermedad, éstas también se ven claramente afectadas. “Muchas personas con trastorno bipolar tienen dificultades para mantener una pareja estable, a veces la falta de habilidades sociales o el aislamiento complica la posibilidad de tener una pareja estable y esto hace que tengan menos posibilidades de tener relaciones sexuales”, comenta Espinós.

Además, las conductas de hipersexualidad y la promiscuidad que refieren en las fases maniacas cobran aquí gran importancia, ya que pueden provocar rechazo social y familiar. La disminución del impulso sexual puede reducir la calidad de vida y la autoestima, incluso “por mucho que se explique a los pacientes que se trata de un problema transitorio asociado a la fase depresiva o al tratamiento”, lamenta el doctor Vieta.

De hecho, la psicoeducación y la rehabilitación cognitiva son clave para tratar el transcurso de la enfermedad, tal y como este especialista junto con otros investigadores demostraron en un estudio publicado en la revista ‘American Journal of Psychiatry’.

La implicación de los fármacos
Los fármacos son un capítulo aparte, que también puede influir en las relaciones sexuales de pacientes con trastorno bipolar y otras enfermedades mentales. “En ocasiones, consumen psicofármacos que producen alteraciones en su actividad sexual. El problema puede ser que abandonen la medicación, con el consiguiente riesgo de recaídas”, mantiene la experta de la ABM.

Pero los fármacos son esenciales para mantener la calidad de vida de los pacientes y controlar de pleno la enfermedad, tal como asegura el doctor Vieta: “El tratamiento es imprescindible para mantener la enfermedad bajo control y poder llevar una vida normal. Pero en algunos casos puede reducir el deseo y ocasionar disfunciones como anorgasmia, retraso de la eyaculación, o incluso impotencia, pero son efectos adversos reversibles que se dan sólo en ocasiones”.

Así, no todos los medicamentos -en éste o cualquier otro trastorno mental- conducen a estos efectos adversos aunque con frecuencia, lamenta el experto, los psiquiatras olvidan tener en cuenta este aspecto a la hora de la prescripción, en parte porque, si no se pregunta directamente, los pacientes no hablan de ello. “Los problemas que puedan derivarse del tratamiento se solucionan cambiando la medicación; además, pueden utilizarse técnicas sexológicas o farmacológicas cuando estén indicadas”, informa.

El trastorno bipolar es una patología común y tratable si se diagnostica a tiempo. Todos aquellos que lo sufren, aconseja el especialista, deben saber que si han percibido cambios indeseados en su capacidad de disfrute de una vida sexual sana y plena, existen soluciones; el primer paso es comunicarlo a los responsables de su tratamiento.

“Si sospecha que tiene un trastorno bipolar y no está diagnosticado, no tema ir al psiquiatra, se le ayudará. La Psiquiatría ha progresado muchísimo en los últimos años y en España hay los mejores especialistas y esta enfermedad cada vez se trata más desde una perspectiva multidisciplinar y multinivel, involucrando a psiquiatras, psicólogos, enfermeros, médicos de familia, etc. Los equipos están preparados para aconsejar y tratar los cambios en la conducta sexual que afectan a tantos pacientes con trastorno bipolar, pero hay que comunicarlo», concluye.

lunes, 29 de julio de 2013
De El Mundo.es