Header image alt text

AMMBAR – Associació de malalts mentals de Barcelona

Associació de malalts mentals de Barcelona

El tema siguiente es otro de los que nos preocupan ya que es otra adicción que puede hacer muy desgraciadas a las personas afectadas y a sus familias:

Ludopatía

El juego, puede definirse como cualquier actividad placentera que facilita la adquisición de las habilidades necesarias para el desarrollo óptimo de una persona.

La Ludopatía, es un trastorno de control de los impulsos, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lo recoge en su clasificación Internacional de Enfermedades en el año 1992

La ludopatía, es una enfermedad cerebral, que parece ser similar a trastornos como el alcoholismo y la drogadicción. Es probable, que estos trastornos, involucren problemas con la parte del cerebro comprometida con comportamientos como el comer y el sexo.

Esta parte del cerebro se denomina, a veces, el “centro del placer” o vía dopaminérgica de la recompensa. En las personas que desarrollan ludopatía, el juego ocasional lleva al juego habitual. Las situaciones estresantes pueden hacer que los problemas de juego se agrave. La incidencia del Juego patológico o ludopatía entre los alcohólicos es mayor que entre la población que no tiene ningún problema de adicción.

Las personas que sufren de ludopatía, muchas veces, se avergüenzan de ello e intentan que los demás no se enteren de su problema. La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association ) define la ludopatía como “el comportamiento que consta de cinco o más de los siguientes síntomas:

- Pasar mucho tiempo pensando en el juego, como experiencias pasadas o formas de conseguir más dinero con que jugar

- Necesidad de apostar cantidades cada vez más grandes de dinero para sentir excitación
- Haber tenido muchos intentos infructuosos por jugar menos o dejar de jugar
- Sentirse inquieto o irritable al tratar de jugar menos o dejar de jugar
- Jugar para escapar de los problemas o de sentimientos de tristeza o ansiedad
- Apostar mayores cantidades de dinero para intentar recuperar las pérdidas previas
- Mentir sobre la cantidad de tiempo o dinero gastada en el juego
- Cometer delitos para conseguir dinero para jugar
- Perder el trabajo, una relación u oportunidades en sus estudios o en su carrera debido al juego
- Necesidad de pedir dinero prestado para sobrevivir debido a las pérdidas ocasionadas por el juego”.

Las fases de la evolución de la enfermedad son:

1. “Fase de ganancias o aventurera”, el juego se ve como una actividad divertida y excitante, y suele unirse a la famosa “suerte del principiante”, pues se logran algunos premios, y se forja la idea de que se tiene una cierta habilidad o suerte especial”; la creciente excitación, hace que el jugador apueste cada vez más dinero. La idea irracional subyacente es. “controlo el azar”, y esto provoca una subida de la autoestima y la admiración de los amigos o entorno, con lo cual ya empieza el refuerzo positivo. Puede durar meses o años.

2. “Fase de Pérdidas”, con el objetivo de conseguir mayores premios, cada vez el enfermo arriesga más. Las pérdidas son fruto de una “mala racha” y se atribuyen a factores externos. Se empiezan a pedir préstamos, los episodios de pérdidas no son tolerables, y se sigue apostando para recuperar lo perdido. El conseguir el dinero fácil, a través de préstamos, seguros, fianzas, ventas de cosas rápida,.., debido al autoengaño, (común en todas las adicciones) ya se considera como una ganancia, y provoca esa sensación de excitación o “subidón”, y las futuras devoluciones no son preocupantes, puesto que se cree que se va a ganar dinero suficiente para devolverlas sin problema. Se empieza a mentir y estar menos tiempo con la familia, menos concentración y productividad en el trabajo, muchas mentiras y manipulación, autoengaño y negación del problema.

3. “Fase de desesperación”, se llegan a préstamos ilegales, intentos de suicidio, los problemas laborales son muy graves, y a pesar de ello, necesita jugar; incluso puede acudir a drogas o al alcohol, para tapar los problemas y evadirse.

4. “Fase de desesperanza y abandono”, es la fase final y el jugador ya tira la toalla y sigue jugando a pesar de haberlo perdido todo. En este supuesto, ya es necesario un ingreso en un centro de tratamiento de adicciones.

Los enfermos adictos al juego, tienden a sufrir graves problemas económicos, sociales y legales, que pueden abarcar desde la bancarrota, el divorcio, la pérdida del trabajo y hasta incluso, pasar un tiempo en prisión. El estrés y la excitación del juego, pueden llevar a ataques cardíacos, en personas en riesgo de presentar esta enfermedad. El hecho de obtener el tratamiento cognitivo-conductual que aplicamos en Andasol, ayuda a prevenir y evitar estos graves problemas. Al igual que el aloholismo o la drogadicción, la ludopatía representa un trastorno crónico que tiende a empeorar si no se lo trata.

Los ludópatas o jugadores patológicos tienen altas tasas de prevalencia de padecer un trastorno de pánico. Se manifiestan como una sensación de desrrealización, taquicardia, apnea, entumecimiento y hormigueos acompañado de una sensación muy intensa de muerte o desmayo inminente.

El tratamiento de las personas con adicción al juego comienza con su propio reconocimiento del problema. Dado que la ludopatía se asocia a veces con la negación del problema, muchas veces estas personas se niegan a aceptar que están enfermas o que necesitan tratamiento. La mayoría de los ludópatas comienzan el tratamiento bajo presión ejercida por otros, más que por haber aceptado voluntariamente la necesidad de tratamiento.

Nuestro tratamiento incluye visitas individuales y terapias grupales, basadas en el Modelo Minnesota, y centradas fundamentalmente en el cambio de la conducta para aprender a superar la enfermedad. El tratamiento adecuado, incluye pautas claras, con un seguimiento continuo para que el ludópata, no sienta la necesidad de anestesiar sus emociones con el juego, y se involucra mucho a la familia o entorno cercano en el tratamiento.

De Andasol Centro terapéutico y de crecimiento emocional.

Publicamos otra historia en PriPer (en primera persona)

Droga: os puedo decir que se sale

A la hora de pedir ayuda por parte de las personas, tenemos que tener en cuenta que nunca nos van a describir la historia de una forma periodística, con todo lujo de detalles: dan cosas por supuestas, utilizan latiguillos, frases hechas, no suelen decir cómo se sienten, dan datos poco o nada importantes, a veces nos ponen a prueba antes de contarnos algún tema un tanto duro y escabroso. Con una buena capacidad de empatía podemos detectar todo esto y ahondar y ahondar en aquellos aspectos que realmente son importantes en la historia del enfermo (usuario).

Es muy importante que perciba que le entendemos, pues le va y nos va a facilitar que confíe profesionalmente en nosotros; autenticidad, supone expresar de forma abierta, clara y sincera opiniones y emociones, y además hacerlo de la manera adecuada y en su debido tiempo.

Si nos ponemos en la piel de alguien (como yo en su día) que pide ayuda, entenderemos la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra. Inseguridad, miedos, desconfianza, miedo a lo que los demás puedan pensar, malestar,… son sentimientos muy comunes en las personas que nos visitan. Crear un ambiente que permita sentirse respetado, escuchado, no juzgado, es una condición para que uno se sienta libre de expresarse.

Las habilidades de comunicación son importantísimas. Se pueden aprender y entrenar: por ejemplo la escucha activa, la empatía, …

Me baso en mi propia experiencia y en las diferentes consultas e ingresos en plantas de algunos Hospitales (Psiquiatría) con otras personas afectadas por otro tipo de enfermedades; en su trato; en mis recuerdos… en los médicos que han pasado por mi vida, su forma de entender y tratar mi problema; mis intentos de suicidio; estar 4 días atado en una cama para no lesionar a nadie, ni a mí mismo… Todo ello me ha hecho estudiar, aprender y evaluar, en mi propia experiencia, qué me ha servido para estar donde estoy ahora, sacando la cabeza y comprendiendo al enfermo como yo y, de esa forma, entenderle y atenderle cuando sea preciso, sin prisas y con mucha paciencia. Mis errores los evalúo y los estudio para saber el ¿cómo? y el ¿por qué?

Me debo a los demás . Yo un día espere mucho y recibí poco.”ESTABA MUY ENFERMO AMIGOS”. Lo que sí os puedo decir es que se sale. Seamos positivos.

También hay que acordarse de los que murieron en el intento, y eso te tiene que infundir mas fuerza para entender el problema y sus dimensiones, y el grado de compromiso al que estamos dispuestos, pues no es nada fácil y hay que guardarse el rencor y trabajar por el prójimo.

Publicado por Fernando Reyes Crespo el 19 Julio 2013 en Sociopolítica

Acerca de Fernando Reyes Crespo

Licenciado en Derecho y Terapeuta en Drogodependencia y lo más importante para nosotros: es nuestro amigo y está dispuesto a colaborar desinteresadamente (Fernando, no sé si esto te gusta que lo escribamos pero para nosotros es muy importante. Gracias)

Cómo afecta el consumo de cannabis al área del cerebro que coordina movimientos.

El consumo crónico de cannabis altera la coordinación motora. El THC provoca una inflamación en el cerebelo, el área del cerebro que coordina los movimientos y responsable del aprendizaje motor.

EFE. 29.06.2013 – 16:46h

Un grupo de investigadores de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) han hecho público esta semana que han descubierto el mecanismo cerebral que altera la coordinación motora por el consumo crónico de cannabis. El estudio, que se ha publicado esta semana en la revista Journal of Clinical Investigation, ha demostrado que la exposición crónica a la principal sustancia psicoactiva del cannabis, el delta9-tetrahidrocannabinol (THC), provoca una inflamación en el cerebelo, el área del cerebro que coordina los movimientos y responsable del aprendizaje motor. Según ha explicado uno de los investigadores del proyecto, Andrés Ozaita, hasta ahora se sabía que el consumo crónico de cannabis causa una disminución de los receptores de cannabis, que están presentes en casi todas las partes del cerebro y realizan funciones diferentes. Estos daños son reversibles si se interrumpe el consumo de cannabis y se utilizan fármacos inhibidores de la microglia.

Con esta nueva investigación, han conseguido demostrar que esta disminución de los receptores de cannabis provoca un “ambiente neuroinflamatorio” en el cerebelo, ya que se activa la microglia, un conjunto de células consideradas como el sistema inmunitario del cerebro. La microglia, que normalmente está en latente, se activa ante el THC del mismo modo que cuando hay un daño cerebral, de manera que se produce una inflamación que impide el correcto funcionamiento del cerebelo. El estudio se ha realizado en ratones de laboratorio, que tras la exposición al cannabis, manifestaban problemas “leves” de coordinación motora, según ha explicado Ozaita.

Estos daños son reversibles porque la investigación ha demostrado que si se interrumpe el consumo de cannabis y se utilizan fármacos inhibidores de la microglia, los problemas de coordinación motora se reducen o desaparecen completamente.

Según los científicos, este mecanismo cerebral podría funcionar igualmente con los humanos ya que está demostrado que el consumo crónico elevado de cannabis provoca también problemas de coordinación fina y una disminución del número de receptores de cannabis, de modo que lo único que falta por demostrar es que la microglia se activa también.

El trabajo de investigación ha sido elaborado por los científicos Laura Cutando, Arnau Busquets-Garcia, Emma Puighermanal, Maria Gomis-González, José María Delgado-García, Agnès Gruart, Rafael Maldonado y Andrés Ozaita.

Publicado en 20minutos.es

Trastornos cuya gravedad va desde la intoxicación no complicada y el consumo perjudicial hasta cuadros psicóticos y de demencia manifiestos.

Todos ellos son secundarios al consumo de una o más sustancias psicotropas (aun cuando hayan sido prescritas por un médico).