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AMMBAR – Associació de malalts mentals de Barcelona

Associació de malalts mentals de Barcelona

Después de leer el artículo de Anaïs Barcelona sobre cuándo hablar a los niños de la enfermedad mental de uno de sus padres, un compañero de Ammbar nos ha contado su experiencia en primera persona, en PriPer, como nos gusta decir.

Pensamos que cada caso es diferente y los recursos empleados en su experiencia a lo mejor no pueden servir a otras personas, no lo sabemos porque fue algo aplicado a un caso concreto, pero la experiencia sí que es válida para animar a otras personas a tomar la iniciativa sabiendo que ellos conocen a sus hijos mejor que nadie. Por descontado que sería muy bueno si se puede contar con un asesoramiento profesional.

Hemos de pensar siempre en cómo está la persona con enfermedad mental, si está estabilizada puede ser ella misma quien pueda hablar con los niños… Pero en la mayoría de los casos ocurre que mientras los niños son pequeños es posible que no haya llegado todavía a estabilizarse.

Entonces surge el papel nada fácil del familiar que lo ha de hacer, porque lo que en Ammbar tenemos claro es que a los niños hay que hablarles para que desde pequeños vivan la enfermedad mental como algo más en sus vidas, ya que es lo que padece su padre o madre y estos los acompañarán para siempre, son sus raíces.

Mi experiencia en PriPer, primera persona: Cómo le expliqué a mi hijo muy pequeño que su mamá tenía una enfermedad mental.

Me enamore de mi esposa nada más verla, teníamos las mismas ideas de vida y eso nos hizo llegar al altar. Hasta entonces no vi nada fuera de lo normal en ella pero en la convivencia pude apreciar alguna diferencia de cuando novios, pero no le di importancia… Cuando nació nuestro primer hijo, comenzó a tener días diferentes, por épocas estaba muy contenta y otras al revés, le costaba hasta hablar. Le dije de ir al médico pero nunca quiso ir. Cuando nació nuestra niña, la cosa fue a mayores pues incluso en “los días bajos” parecía que no quisiera a nuestros hijos, cuando yo sabía que los adoraba… Y no comento su relación conmigo, ya que esa es otra historia.

Conseguí que fuera al médico y estuvo unos meses con tratamiento, por cierto fue un oasis en un desierto… Pero como no se consideraba enferma, al poco tiempo dejo el tratamiento…

Un día, teniendo mi hijo tres años y medio me preguntó “papá ¿mamá nos quiere? ¡tú cuídanos! ¿por qué me grita, si soy bueno? ¿por qué se come mi yogurt y no queda para mí?

Yo jamás había pensado que tan pequeño podía darse cuenta de que a su madre le pasaba alguna cosa rara. Entonces me dije, la sigues amando y sabes que actúa así porque está enferma o sea ¿que he de hacer para que mis hijos crezcan queriendo a su madre?

Porque yo estaba seguro de que ella se iba a estabilizar y de que seríamos una familia más y todo dependía de mí…

¿Que se le dice a un niño de tres años y medio? Porque más mayor ya se le puede explicar la enfermedad según su capacidad para entender. En este caso mi esposa tiene trastorno bipolar y no es demasiado difícil de explicar por una persona que no sea médico como yo… Pero a un casi bebé ¿qué le dices para que siga queriendo a su madre?

Yo le dije, no te preocupes, mamá nos quiere mucho pero está enferma, una enfermedad de la cabeza de la que me tienes que guardar el secreto: “tiene la enfermedad del dinero” porque de pequeña pasó mucha hambre y ahora cuando lo recuerda lo pasa muy mal, se pone a regañarnos y se come todo lo que ve. Pero cuando se le olvida ¡es la mejor mamá! Entre todos la tenemos que cuidar y ayudar para que se cure.

Y yo ¿qué tengo que hacer? (me asombró la pregunta, me dejó emocionado, mi explicación había hecho efecto): le contesté “darle besitos, incluso cuando se come tu petit suisse”.

A partir de ese día cuando llegaban “los días bajos” me miraba, guiñaba un ojo y ¡no la dejaba sola!
Un día por indicación de la psicóloga a la que yo iba, se lo dije a mi mujer, eso la hizo recapacitar y ponerse en tratamiento.

Hoy en día los niños ya son adultos y por supuesto formamos una familia unida y feliz.

Ammbar (somos todos)

Copiado por Ammbar dada su importancia, con permiso de Forum Clínic del Hospital Clínico de Barcelona

¿COMO EXPLICO A MI HIJO QUE TENGO TRASTORNO BIPOLAR?

Los niños, aunque no pregunten, perciben que su padre o madre tiene algún problema. Es muy positivo el hecho de aclararles dudas sobre su enfermedad ya que los niños son muy curiosos y se hacen preguntas. Resolviendo las dudas que puedan tener, ayudamos a disminuir su nivel de preocupación y ansiedad.

RECOMENDACIONES PARA EXPLICAR LA ENFERMEDAD A LOS NIÑOS

-Tendremos en cuenta el nivel evolutivo del niño para adaptar el lenguaje

-Esperaremos a que el niño tenga edad suficiente para entender lo que significa tener una enfermedad del cerebro, es mejor esperar a que el niño tenga unos 6 años

-Explicar al niño que el trastorno bipolar es una enfermedad del cerebro, al igual que la hipertensión o la diabetes. En este sentido, es útil compararlo con las enfermedades físicas

-Podemos explicar un cuento para que el niño lo entienda mejor. Recomendamos los cuentos “Fufú y el abrigo verde” de FEAFES y “Los martes, mi tío y los extraterrestres” de l’Associació de Bipolars de Catalunya

-Decirle al niño que la enfermedad no es culpa suya, ya que los niños se pueden sentir responsables por haber hecho algo malo

-Explicar que no es una enfermedad contagiosa

-Los niños en edad pre-escolar necesitan menos información, se enfocan principalmente en las cosas que ven. Por ejemplo, pueden ser muy conscientes de que una persona está llorando

-Los niños de edad escolar y los adolescentes quieren más detalles específicos y le harán más preguntas

-El niño puede preguntar si él también tiene o tendrá esta enfermedad. Podemos explicar que ahora está sano y no tiene ninguna enfermedad y que, sólo una pequeña parte de los hijos de personas con esta enfermedad la desarrollan. Si él desarrollara la enfermedad, los padres lo detectarían rápidamente e irían al médico

Anaïs Barcelona

Comentario de una persona particular:

¿Que necesidad tenemos que contarle a un niño con 6 años que su papa o mama tiene trastorno bipolar?. Ya crecerá y lo entenderá sobradamente y no le dara importancia. Los adultos somos más tontos que los niños. A los niños hay que dejarlos que se rian, que jueguen y sean felices.

Anaïs Barcelona:

Llega una edad en que es necesario explicar a los niños la enfermedad para tranquilizarles. Aunque no digan nada, son conscientes de los problemas.

Nos parece un artículo interesante. Recordad amigos que no todas las personas padecemos las enfermedades de la misma manera y que por ello no nos tenemos que ver reflejados en todo lo siguiente, los que tengamos el trastorno bipolar.

¿ES COMPATIBLE LA BIPOLARIDAD CON LA SEXUALIDAD?

La Psiquiatría ha avanzado mucho a lo largo de las últimas décadas, y palabras que antes producían rechazo sólo con oírlas, hoy en día se acogen con un halo de empatía y normalidad. Es lo que ocurre con el trastorno bipolar, una enfermedad mental que arrastra consigo múltiples inconvenientes en la vida diaria; alguno de ellos en la esfera de la sexualidad.

Actualmente, en España un 2% de la población padece este trastorno y hasta un 60% de estos pacientes puede ver afectada de una forma u otra su vida sexual.

El trastorno bipolar pasa por dos fases características en el transcurso de la enfermedad: maniática y depresiva. En la primera, explica a ELMUNDO.es el doctor Eduard Vieta, jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic y profesor de la Universidad de Barcelona, hay tendencia a la hiperactividad y la euforia, que suelen acompañarse de un aumento del deseo sexual, y en ocasiones de cierta desinhibición y promiscuidad. Por el contrario, en las fases depresivas, existe una disminución del deseo y la práctica sexual.

“Durante las fases maníacas se produce un aumento de la producción de una sustancia cerebral denominada dopamina que es el neurotransmisor de la motivación, el que nos impulsa a hacer cosas y a probar cosas nuevas, y es también fundamental en la excitación sexual. La manía, por tanto, aumenta la excitabilidad sexual, mientras que la depresión la disminuye”, explica este especialista, quien también dirigió una ponencia sobre este tema en el VII Curso Internacional de Sexualidad y Salud Mental celebrado recientemente en Salamanca.

En las fases maníacas, agrega Usue Espinós, psicóloga de la Asociación Bipolar en Madrid (ABM), en grupos de autoayuda desde hace 15 años, el aumento libido suele conllevar conductas promiscuas, y existe riesgo de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Por tanto, los problemas principales que una persona con trastorno bipolar puede tener son los cambios del deseo sexual en un sentido u otro, pero también “pueden darse retraso en la eyaculación, impotencia y anorgasmia”, enumera el doctor Vieta.

Por otro lado, y mirando hacia la esfera más psicológica y social de esta enfermedad, éstas también se ven claramente afectadas. “Muchas personas con trastorno bipolar tienen dificultades para mantener una pareja estable, a veces la falta de habilidades sociales o el aislamiento complica la posibilidad de tener una pareja estable y esto hace que tengan menos posibilidades de tener relaciones sexuales”, comenta Espinós.

Además, las conductas de hipersexualidad y la promiscuidad que refieren en las fases maniacas cobran aquí gran importancia, ya que pueden provocar rechazo social y familiar. La disminución del impulso sexual puede reducir la calidad de vida y la autoestima, incluso “por mucho que se explique a los pacientes que se trata de un problema transitorio asociado a la fase depresiva o al tratamiento”, lamenta el doctor Vieta.

De hecho, la psicoeducación y la rehabilitación cognitiva son clave para tratar el transcurso de la enfermedad, tal y como este especialista junto con otros investigadores demostraron en un estudio publicado en la revista ‘American Journal of Psychiatry’.

La implicación de los fármacos
Los fármacos son un capítulo aparte, que también puede influir en las relaciones sexuales de pacientes con trastorno bipolar y otras enfermedades mentales. “En ocasiones, consumen psicofármacos que producen alteraciones en su actividad sexual. El problema puede ser que abandonen la medicación, con el consiguiente riesgo de recaídas”, mantiene la experta de la ABM.

Pero los fármacos son esenciales para mantener la calidad de vida de los pacientes y controlar de pleno la enfermedad, tal como asegura el doctor Vieta: “El tratamiento es imprescindible para mantener la enfermedad bajo control y poder llevar una vida normal. Pero en algunos casos puede reducir el deseo y ocasionar disfunciones como anorgasmia, retraso de la eyaculación, o incluso impotencia, pero son efectos adversos reversibles que se dan sólo en ocasiones”.

Así, no todos los medicamentos -en éste o cualquier otro trastorno mental- conducen a estos efectos adversos aunque con frecuencia, lamenta el experto, los psiquiatras olvidan tener en cuenta este aspecto a la hora de la prescripción, en parte porque, si no se pregunta directamente, los pacientes no hablan de ello. “Los problemas que puedan derivarse del tratamiento se solucionan cambiando la medicación; además, pueden utilizarse técnicas sexológicas o farmacológicas cuando estén indicadas”, informa.

El trastorno bipolar es una patología común y tratable si se diagnostica a tiempo. Todos aquellos que lo sufren, aconseja el especialista, deben saber que si han percibido cambios indeseados en su capacidad de disfrute de una vida sexual sana y plena, existen soluciones; el primer paso es comunicarlo a los responsables de su tratamiento.

“Si sospecha que tiene un trastorno bipolar y no está diagnosticado, no tema ir al psiquiatra, se le ayudará. La Psiquiatría ha progresado muchísimo en los últimos años y en España hay los mejores especialistas y esta enfermedad cada vez se trata más desde una perspectiva multidisciplinar y multinivel, involucrando a psiquiatras, psicólogos, enfermeros, médicos de familia, etc. Los equipos están preparados para aconsejar y tratar los cambios en la conducta sexual que afectan a tantos pacientes con trastorno bipolar, pero hay que comunicarlo», concluye.

lunes, 29 de julio de 2013
De El Mundo.es

El tema del trastorno bipolar es algo que preocupa a Ammbar ya que muchos casos no son diagnósticados, por no estar los pacientes en momentos de crisis cuando van a la consulta llevados por la familia y por otro lado, otros muchos pacientes no son conscientes de estar enfermos, si no que piensan que tienen caracteres diferentes. También pensamos que la sobreprotección nos perjudica a todos a pesar de ser practicada por amor. Nos quita autonomía, crecer como personas individuales…

LA FAMILIA, CLAVE EN LA REDUCCIÓN DEL ESTRÉS QUE DESENCADENA LOS EPISODIOS
La sobreprotección perjudica la estabilidad de los pacientes con trastorno bipolar
PUBLICADO EL 28 DE JUNIO DE 2013 A LAS 8:49 POR SOMOS PACIENTES

En nuestro país conviven en torno a 400.000 personas con trastorno bipolar. Un colectivo de pacientes que, como explica la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), “pueden tener una calidad de vida como la de cualquier persona, si bien para ello es necesario el conocimiento y aceptación de la propia enfermedad”. Así, y fundamentalmente, debe evitarse tanto la sobreprotección como el temor hacia los afectados, pues pueden perjudicar su estabilidad.

En este contexto, la familia debe jugar un papel fundamental como fuente de influencia en el día a día del paciente, “así como para manejar y reducir sus niveles de estrés, lo que resulta primordial para evitar posibles caídas”, destaca el doctor Francisco Toledo Romero, miembro de la Junta Directiva de la SEPP.

Para ello, incide el doctor Toledo Romero, “debe requerirse que la familia conozca la enfermedad para poder detectar precozmente los síntomas de inicios de fases y, en consecuencia, intervenir, convirtiéndose de esta forma en co-terapeutas. Siempre teniendo en cuenta que la adopción de posturas de sobreprotección o una aptitud crítica u hostil hacia el afectado no favorece en absoluto su estabilidad”.

Componentes genéticos y ambientales

Los avances en el conocimiento del trastorno bipolar han posibilitado un diagnóstico cada vez más precoz de la enfermedad, “evitando así un gran sufrimiento al paciente y su entorno y un deterioro de la calidad de vida de los afectados”, resalta el doctor Toledo Romero.

Concretamente, el 2,5-5% de la población desarrollará un trastorno bipolar a lo largo de su vida, básicamente por la existencia de un fuerte componente biológico y genético que predispone a los individuos a esta patología.

A éste se aúnan “los factores psicológicos o ambientales, desencadenantes o agravantes de los episodios que puede atravesar un paciente bipolar”, aclara el doctor Toledo Romero, quien refiere que las profesiones sujetas a una irregularidad horaria o a un factor de estrés significativo –caso, entre otras, de la policía, los bomberos, las profesiones sanitarias o los trabajos con cambios de turnos– no resultan recomendables “dado que pueden agravar el curso de la enfermedad”.

Finalmente, y por lo que requiere al tratamiento del trastorno, la SEPP admite la existencia de tantos tratamientos como afectados, “dado que la terapia se establece por el profesional en función de la sintomatología que presente el paciente”.