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AMMBAR – Associació de malalts mentals de Barcelona

Associació de malalts mentals de Barcelona

El Sagrado Corazón, por dentro, una visita para la «normalización»

«La salud mental es cosa de todos: cualquiera de nosotros podría ser paciente nuestro».

El mensaje es contundente pero no pretende asustar a nadie, sino implicar a toda la sociedad en la difícil y no siempre evidente tarea de «normalizar» la situación de los enfermos mentales. Lo dijo José Antonio Larraz, psiquiatra y director médico del Hospital del Sagrado Corazón – Servicios de Salud Mental de Martorell, que el pasado domingo 30 de enero a mediodía abrió sus puertas, como una actividad más propuesta a raíz de la exposición “Silencios forzados. Las personas y los trastornos mentales” (en el Centro Cultural de Martorell, hasta el próximo 6 de marzo), que pretende combatir el estigma y la incomprensión que, en muchos casos y aún hoy, han de soportar los enfermos mentales.

«No es exactamente una jornada de puertas abiertas para que las puertas del centro están siempre abiertas: es más bien un acto sencillo para que vean el hospital por dentro», anunciaba Larraz a la treintena de ciudadanos curiosos por descubrir el psiquiátrico del pueblo. Entre los asistentes se encontraba el alcalde de Martorell, Salvador Esteve, con su señora, Mercedes Balagué, la concejala de Enseñanza, Bienestar Social y Salud, Mercedes Morera; el historiador local, Fernando Balanza, y la técnica de museos, Montserrat Farreny. El Alcalde terminó agradeciendo al director médico del centro no sólo la visita en sí, «sino todo el trabajo que hace a diario».

Ni sórdido ni inquietante

El acto comenzó con la proyección del publirreportaje “Apostar por la salud mental”, que en quince minutos repasa la vida de San Benito Menni, fundador de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. A continuación, Larraz hizo una pequeña introducción para prevenir a los visitantes sobre lo que verían y sobre el objetivo de la jornada: demostrar que los psiquiátricos no son ni sórdidos ni inquietantes, que «son como cualquier otro hospital». En cada paciente, dijo, «más que un caso vemos una persona a la que debemos sanar».

Las palabras del psiquiatra dieron paso a la visita guiada por algunas de las dependencias de este enorme hospital, especializado en salud mental y patologías de la tercera edad, que anualmente atiende a unas 2.000 personas, que pasan temporadas más o menos largas, según el tratamiento que precisen. He aquí, destacó Larraz, la gran diferencia entre los centros actuales, pensados ​​para curar o paliar los trastornos mentales que los pacientes puedan volver a hacer vida “normal” lo antes posible, y los manicomios del pasado, donde se confinaba a los enfermos para protegerlos de la brutalidad de la sociedad, y viceversa.

Como un «balneario»

En poco más de hora y media, los asistentes pasaron por una de las seis Unidades de Hospitalización de Agudos del centro, por la Unidad de Patología Dual y, finalmente, por la Unidad Sociosanitaria. En la primera se tratan los pacientes psicóticos, con trastornos afectivos, de personalidad o adaptativos, en períodos que van de las 24 horas a los dos años, según el caso. «Más del 50% acuden a nosotros por iniciativa propia», dijo Larraz. Pero también pueden ir derivados de otros hospitales o, en casos especiales, conducidos por las fuerzas del orden.

En la segunda, se hace frente a las consecuencias del abuso de drogas (alcohol, cocaína, heroína y cannabis, en este orden), y al peligroso cóctel resultante de la mezcla de estas conductas con un trastorno mental previo o provocado por consumo de tóxicos. La tercera unidad se encarga de las convalecencias y la rehabilitación física de personas mayores.

Al terminar, uno de los asistentes destacó «como puede llegar a ser luminoso y espacioso, el centro», mientras una señora puntualizaba que, además, «se ve muy limpio», y otra añadía que «parece una especie de balneario ». El objetivo anunciado por Larraz al principio de la visita, pues, se había cumplido. Eso sí, para no herir sensibilidades, y también para preservar la intimidad de los internos, durante el recorrido se evitó al máximo el contacto con las personas ingresadas, así como el paso por la planta de las demencias.

Publicado por el periodista Jordi Benavente en el n º 1436 de El Informador de Martorell,

De elpais.com
¿Veremos algún día a algún alto político a hablar aquí como el Presidente Obama? Eso animaría a muchos enfermos a ponerse en tratamiento.

EE UU afronta el fin del estigma de los trastornos mentales.

Cerca de uno de cada cinco estadounidenses padece un desorden mental. Más del 60% no reciben tratamiento
CAROLINA GARCÍA Washington 4 JUN 2013 – 19:50 CET

El presidente de EE UU hace un llamamiento “a acabar con el estigma de los trastornos mentales”

Según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos, aproximadamente uno de cada cinco estadounidenses padece un desorden mental y uno de cada cinco menores, entre los 3 y los 17 años, ha sufrido o sufre en este país algún tipo de estos trastornos. Y, lo más importante, es que no parece que este diagnóstico vaya mejorar en las generaciones futuras. Con estos datos en la mano y a pesar de los intentos de la Administración de Barack Obama por ofrecer una mayor cobertura en los seguros sanitarios, estipulado en la Reforma Sanitaria de 2010, la situación actual de recesión en el país ha llevado a que se recorte en unos 4.500 millones de dólares el presupuesto para estos tratamientos.

Si a todo esto se le añade que algunos de los ejecutores de las mayores matanzas en EE UU presentaban algún tipo de patología psiquiátrica, a pesar de que la mayoría de los enfermos mentales suelen ser más víctimas que agresores, la situación es alarmante. Una situación que ayer lunes llevó a Obama a hacer un llamamiento para acabar con la estigmatización de estos trastornos durante un evento organizado como respuesta a las masacres acontecidas en los últimos meses en el país; como el ocurrido el pasado 14 de diciembre, cuando Adam Lanza acabó con la vida de 20 niños en una escuela de Newtown (Connecticut).

“Si se acaba con el estigma, la gente se animará a tratarse. Más del 60% de estos enfermos no acude a terapia ni se somete a ninguna intervención clínica, frente a un 38% que sí que está consultando con especialistas. Algo que es fundamental para la prevención”, expresó el presidente. Según el CDC, cerca de 45 millones de estadounidenses experimenta anualmente alguna enfermedad mental como depresión, trastornos de la alimentación, estrés postraumático o abuso drogas.

“Por el contrario, no aceptaríamos que tan solo el 40% de los pacientes con cáncer se sometiera a tratamiento. ¿Por qué tiene que ser distinto con los trastornos mentales? Hay que rescatar a estos enfermos de las sombras”, añadió. Tan solo la mitad de los niños con alguna enfermedad mental recibe tratamiento en EE UU, “cuando se ha demostrado que este es más efectivo cuando se recibe a tiempo”, añadió el mandatario.

Sin el tratamiento adecuado, las consecuencias de las enfermedades mentales pueden ser graves. Pueden llevar a la incapacidad, al desempleo, al abuso de sustancias, a la falta de vivienda, al encarcelamiento o, incluso, al suicidio. “El coste económico de las enfermedades mentales en EE UU no tratadas es de más de 100.000 millones de dólares anuales”, explica en un comunicado la National Alliance of Mental Illness.

Las enfermedades mentales pueden afectar a cualquier persona, sin importar su edad, su raza, su religión o su clase social. “Dichos trastornos no son el resultado de alguna debilidad personal, de la falta de carácter o de la indisciplina. Lo más importante es saber que estas enfermedades son tratables”, continúa el organismo.

A pesar de la inclusión del tratamiento de algunos trastornos mentales en los seguros sanitarios -es necesario que estén en el Manual de Diagnóstico y de Evaluación de Enfermedades Mentales de Sociedad Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés)-, muchos opinan que no es suficiente. “A menos que contemos con recursos adicionales para atender a estas personas, no podremos cumplir el objetivo de acabar con el estigma, de acabar con lo que reclama el presidente”, dijo Wayne Lindstrom, presidente de Mental Health America en Virginia, presente en la conferencia en la que también participaron funcionarios del Gobierno y proveedores sanitarios, según Reuters. “Y más con el duro golpe que hemos recibido tras los recortes. El presupuesto ha descendido en 4.500 millones de dólares”, añadió.

Gran parte del problema también se debe a la Ley sobre la Paridad de la Salud Mental y la Igualdad de la Adicción firmada en 2008. En esta regulación, las especificaciones del tratamiento de los trastornos mentales son muy difusas en comparación con las indicaciones para los problemas físicos, lo que provoca que los seguros sanitarios no indiquen bien qué enfermedades mentales necesitan tratamiento. “Los trastornos mentales son un problema patente que está acaparando mucha atención últimamente en EE UU. El llamamiento del presidente es el mejor ejemplo”, añadió Lindstrom.

A través de Roberto Daniel Durán. Un gran especialista en las disfunciones que podemos padecer algunas personas.

En Ammbar estamos totalmente de acuerdo, pero todavía no hemos sido recibidos por la Mesa del Tercer Sector, ni por el Honorable Sr. Boi Ruiz, Conseller de Salut de la Generalitat de Catalunya. Ni siquiera la presidenta, que es la representante ante el Ayuntamiento de Barcelona

(IMD) de las personas con disfunción mental. ¿Por qué?…
www.elfarodevigo.es
El enfermo mental continúa estigmatizado por la sociedad

Discriminación en el ámbito laboral y aislamiento en el plano social son los grandes problemas

Efe / Barcelona 29.05.2013 | 08:14

Estereotipos y prejuicios estigmatizan y discriminan a las personas que padecen algún trastorno mental, que se ven a menudo abocadas a la exclusión social por “actitudes y comportamientos muy negativos hacia ellas”, según denuncia un informe elaborado por la Mesa del Tercer Sector Social de Cataluña.

El informe, titulado “Estrategias de lucha contra el estigma en salud mental”, recopila algunos datos de estudios que reflejan cómo “las personas con problemas de salud mental están sometidas al estigma y la discriminación sobre una base diaria y les puede afectar a todos los aspectos de la vida”.

Así, explica que un 70 % de las personas con esquizofrenia diagnosticada no tienen empleo y casi la mitad han confesado haber sufrido discriminación en la búsqueda o mantenimiento de un puesto de trabajo.

El informe también hace referencia a que las personas con problemas de salud mental son once veces más propensas a ser víctimas de delitos violentos y 140 veces más propensas a ser víctimas de un robo.

Otros estudios citados en el informe señalan que un 71 % de los enfermos mentales declaran haber sufrido alguna forma de victimización en los dos últimos años, las más frecuentes intimidaciones (41 %), robos (34 %), acoso sexual (27 %), agresiones físicas (22 %) o agresiones sexuales (10 %).

Además, un 36 % de ellos no denunció el delito porque tenían miedo a no ser creídos por su problema mental. El informe detalla que en los países desarrollados, entre un 35 % y un 50 % de las personas con trastornos de salud mental graves no reciben el tratamiento necesario.

El dossier denuncia que “las personas con problemas de salud mental experimentan rechazo y aislamiento y discriminación, sobre todo en el ámbito laboral, en las relaciones sociales -fundamentalmente con amigos y pareja- e incluso en la comunidad”.

“Es más -añade el estudio- a menudo sus relaciones sociales se limitan a otras personas con su mismo problema, por lo que se genera un cierto fenómeno de ‘guetización’ que perpetua el aislamiento social, lo que dificulta notablemente su integración social”.

El estudio advierte de que otro de los efectos del estigma es “el autoestigma, es decir, la asunción por parte de muchas personas con problemas de salud mental de los estereotipos, prejuicios y conductas negativas hacia ellos”.

El informe hace un breve repaso de la evolución histórica de las actitudes sociales hacia las personas con problemas mentales y afirma que “una de las claves que ayudan a entender la persistencia de los estereotipos asociados a las personas con problemas de salud mental residen en el papel de los medios de comunicación”.

Se estima que la población recibe el 90 % de la información sobre salud mental a través de los medios de comunicación, que, según el estudio, se interesan poco por este problema.

Por todo ello, el informe de la Mesa del Tercer Sector Social de Cataluña concluye que “es necesario modificar el imaginario social, las ideas que fundamentan los mitos y prejuicios que generan estigma sobre las personas con problemática de salud mental”.

El pasado día 21 de mayo, durante la Audiencia Pública, nos enteramos de la existencia de esta Asociación por medio del representante de la AAVV de la Izquierda del Eixample. Ya que en sus peticiones también incluyó las de esta Asociación. Nos dio el teléfono del presidente de la Asociación, Sr. Jordi Blanch y pronto nos pusimos en contacto.

Fueron tan amables de recibirnos enseguida pues el día 24 de mayo nos reunimos.

Quien escribe es la representante de las personas con disfunción mental ante el IMD del Ayuntamiento de Barcelona, sé que es mi deber estar al tanto de todas las personas con cualquier enfermedad mental incluso con autismo, por eso y al hablar con el representante de la AAVV y decirnos que ellos necesitaban ayuda nos pusimos en movimiento. Lo hubiera hecho por cualquier Asociación de usuarios de salud mental que me hubieran dicho, a pesar de que me han llegado críticas de que solamente me muevo por este apartado de la salud mental ya que tengo un hijo con autismo. Quien ha hablado para hacerme daño no me conoce pues soy una persona leal y honesta y fiel a los que me eligieron que menos unos pocos, en su gran mayoría tenían otras enfermedades. Por cierto en mi casa, por suerte o por desgracia, nunca se sabe, tenemos otras dos clases de enfermedades mentales.

Pero si está claro que los más olvidados de la sanidad catalana son los enfermos mentales, aun más, dentro de estos, están los que padecen autismo. Porque por desgracia incluso los que poseen buenas inteligencias necesitan supervisión, por ser personas buenas, sin mala intención, que no comprenden los dobles sentidos ni la ironía, ni los chistes… personas fácilmente manipulables por otras que no nombraría como personas y que les pueden hacer mucho daño.

APAM es una Asociación de Padres con hijos con Autismo sin ánimo de lucro, vinculados a la creación de un centro para autistas en la prisión Modelo de Barcelona. Los objetivos de APAM son conseguir que un pabellón de la actual prisión Modelo de Barcelona, venga a ser, cuando se cierre definitivamente, un Centro de día, una Residencia y un Centro de referencia y estudio para las personas con trastornos del espectro autista.

Estuvimos hablando y por supuesto estando de acuerdo en todo.

No se puede explicar que en la actual Barcelona no haya la atención necesaria para estas personas, cuando según la OMS cada día aumenta el número de casos. No se puede explicar que no haya investigadores autóctonos que se puedan también alimentar de los avances médicos mundiales. No se puede explicar que hayan tan pocos médicos especialistas en personas con autismo adultas. No se puede explicar que incluso en las campañas contra el estigma social sean los grandes olvidados… y así seguiría y seguiría…

Hemos quedado en una segunda reunión donde cada parte, iremos aportando nuestro granito de arena, como solemos decir “sin prisas pero sin pausas” y sobre todo que esta reivindicación no se quede en agua de borrajas o en el peor de los casos que ese espacio tan reivindicado desde el año 2010 por APAM pase a otras manos, por la lucha de poderes existente entre asociaciones.

Estos padres saben que a lo mejor todo este movimiento al final no podrá llegar a sus hijos pero no les importa, son solidarios y lo quieren para todos, incluidas futuras generaciones.

Para conectar con ellos:

Correo electrónico: avvee@suport.org